Visitando al Maestro Peter Zumthor
Diario de viaje
Atraída por la obra del arquitecto Peter Zumthor – laureado Pritzker 2009 -, Paula se embarcó este año en un viaje de estudio por los edificios de este arquitecto magistral situados en Alemania y Suiza. La ruta de su peregrinaje se inició en Alemania, en el Kolumba Kunstmuseum en la ciudad de Colonia y la Bruder Klaus Kapelle en los campos de Wachendorf. Desde allí el viaje continuó por el corazón de los Alpes Suizos: las Termas de Vals y la Capilla de San Benedetg en Sumvitg, terminando en la capital del Cantón de los Grisones en el Chur Protective buildings for Roman Excavations y el Atelier Zumthor en Haldenstein, una aldea de montaña a orillas del Rhin.
Protective buildings for Roman Excavations, Chur, Suiza, 1986
«Pavimentos de listones de madera como ligeras membranas, pesadas masas pétreas, telas suaves, granito pulido, cuero delicado, acero rudo, caoba bruñida, vidrio cristalino, asfalto blando recalentado por el sol; he aquí los materiales de los arquitectos, nuestros materiales. Los conocemos a todos ellos y, sin embargo, no los conocemos. Para proyectar, para inventar arquitecturas, debemos aprender a tratarlos de una forma consciente. Eso es un trabajo de investigación; eso es un trabajo de rememoración.
La arquitectura es siempre una materia concreta; no es abstracta, sino concreta. Un proyecto sobre el papel no es arquitectura, sino únicamente una representación más o menos defectuosa de lo que es la arquitectura, comparable con las notas musicales. La música precisa de su ejecución. La arquitectura necesita ser ejecutada. Luego surge el cuerpo, que es siempre algo sensorial.»
(cita: Peter Zumthor, del libro Thinking Architecture – 1998)
Sólo visitando los edificios de los Maestros se aprende a hacer arquitectura. Así siento hoy mi camino personal de búsqueda y estudio: visitar las obras de los Maestros. Allí en intimidad con el espacio y la materia de un edificio sucede la experiencia: un instante de comprensión nueva. Un acercamiento a lo sagrado de esta disciplina.
Contar el porqué de mi viaje recorriendo la obra de Peter Zumthor en Alemania y Suiza.
Mi motor: Los puntos que se tocan desde Helsinki y Jyvaskyla, a Riversdale Australia, hasta Wachendorf y Vals . Así, los puntos que se unen en mi recorrido, pasando por las lecturas de Juhani Pallasmaa y las historias de Wim Wenders. Esos puntos que fueron la génesis de este viaje a través de la obra del Maestro Zumthor.
El concepto de autenticidad. En palabras del mismo Peter Zumthor ¨¿Cómo pueden proyectarse cosas, con tal bella y natural presencia, cosas que me conmueven una y otra vez? El concepto para designarlo es el de «Atmósfera».¨(*1)
Atmósfera. Presencia. Luz. Material. Cuerpo. Atemporalidad. Autenticidad. Todas éstas, cualidades intrínsecas a la obra de Zumthor, estudiadas una y otra vez. Con ésta búsqueda emprendí el viaje a encontrarme con sus edificios. Una experiencia corpórea.
En mi peregrinaje, el primer encuentro con la obra del Maestro fue en Colonia Alemania, el Kolumba Kunstmuseum. Revelador: la calidad de la materialidad, Zumthor ¨el ebanista¨, los cueros en cortinados, la suavidad del hormigón pulido en contrapunto con el ladrillo blanquecino enrasado de dos palmos y medio de largo. La sutileza. Sentada allí en la Sala de Lectura del Kolumba, esa tarde de marzo de cielo azul volví a preguntarme: Cómo puede ser que la realidad de un edificio, de una obra corpórea frente a mí me devuelve mucho más que años de estudio?? Las obras magistrales quitan el aliento en el contacto real. Al tacto. El Museo Kolumba fue una Master Class en mi camino. ( *2)
La ruta de mi peregrinaje continuó hacia el sur de Colonia. En los campos de Wachendorf, la experiencia religiosa de visitar la Bruder Klaus Kapelle, finalizada por Zumthor en el año 2005.
Luego al corazón de los Alpes Suizos a las Termas de Vals – obra maestra de Zumthor concluida en 1996 -. Alli adentro, el cuerpo con todos los sentidos en alerta: la temperatura del agua, la suavidad de la piedra, el cielo , el olor a pinos y a montaña, el sonido del agua correr, el silencio. Una arquitectura atemporal. Eterna como Caracalla, las termas de la Roma Imperial.
De Vals a Sumvitg en peregrinación a la Capilla de San Benedetg, realizada en madera por Zumthor en el año 1989. En lo alto de los Alpes, arquitectura y paisaje en comunión. ( *3)
Y llegué a Chur. Ciudad capital del Canton de los Grisones – Graubünden. A encontrarme con el Edificio para albergar Restos Arqueológicos Romanos, obra de Zumthor de 1986. Me esperaba también en Chur para mi sorpresa un reencuentro con la obra de Alberto Giacometti, el escultor suizo que vivió allí gran parte de su vida. En el periplo hasta allí, ya había estado en contacto con cuatro obras del Maestro Zumthor, y llegaba a Chur, saboreando toda la experiencia en mi piel. Despacio. Sin ansiedad. Asimilando. Los ojos colmados. El cuerpo alerta. Y en mi deambular por la ciudad, dentro del Museo de Arte de Chur, las figuras de Alberto Giacometti me remitieron a la obra de Zumthor. Las arrugas bellas en los rostros de Giacometti. Las marcas de la vida en esos rostros. Elegancia en las marcas de la vida. Y entendí que eso mismo es lo que me atrae de la arquitectura de Zumthor. El modo bello de envejecer de sus edificios. La dignidad del material frente al paso del tiempo. Y los espacios íntimos y atemporales.
Despacio. Disfruté mi tarde de sábado en Chur, sabiendo que el domingo iría al encuentro de la última cita en este peregrinar por la obra del Maestro.
Despacio. Amanecer de domingo. Caminar por la Poststrasse hasta la Bahnhofplatz. Dejar mi pasaporte en la oficina de información turística de la Estación de trenes, a cambio de ¨La Llave¨. Medio día de sol. Domingo de Primavera en los Alpes Suizos…
Aquí sentada en el umbral del edificio que alberga las Roman excavations. Siento el calor del sol en mi cara y la temperatura agradable de la chapa del escalón sobre el que estoy sentada. UMBRAL. Gracias Zumthor.
Aquí otra vez el equilibrio between Light and Darkness. Y también aquí el equilibrio entre liviano y pesado. Luz y Liviandad versus Oscuridad y Gravedad.
Un placer llegar así con mi llave para abrir el tesoro.
Aquí el trabajo con la madera, una obra del año 1986. Han pasado 30 años. Aquí el trabajo con el acero galvanizado y la madera. Una envolvente liviana de madera. Un contenedor que alberga, da cobijo, protege. Un edificio nuevo que se posa casi sin tocar a aquel edificio preexistente de hace siglos. La envolvente de madera permite el paso del aire y la luz. Un espacio interior que es a su vez un espacio exterior.
Y las pasarelas metálicas suspendidas. Y las lucarnas centrales. Geometría pura que evoca aquella primer construcción de los tiempos del imperio romano.
Y los fuelles textiles. Al tacto se sienten potentes. Los espacios de transición entre un volumen y otro del edificio son fuelles de cuero suspendidos, impermeables al exterior, delicados al tacto en su interior. Bellísima solución textil.
Y el espacio de sentado: Cinco bancos consecutivos conforman un aula. Un espacio de oración? Cinco bancos largos consecutivos conforman un Lugar. Light and darkness again. La puerta pesada de acero negro opaco con un haz de luz perimetral como un eclipse de sol (o de luna?). Bella la sensación del portal oscuro y negro dentro de una caja de listones de madera que tamiza la luz. Contrapunto.
Despacio. Un día fuera del tiempo habité este edificio en Chur. Tiempo para observar. Tiempo para comprender y asimilar. Me senté allí en el umbral al sol. Dibujé. Volví a entrar. Tiempo para volver a mirar. Tiempo para aprender a mirar.
-«¿En qué andas ahora Alberto?», le preguntó André Breton a Giacometti. «Estoy trabajando en una Cabeza», le respondió.
-«Cabeza?!, si todo el mundo sabe qué es una cabeza». Esta respuesta marcó el rompimiento de Giacometti con los surrealistas: «Yo todavía no lo sé».
Arq. Paula Herrero – Publicado en Revista Wideprint #1 – Agosto 2017
Notas:
( *1) Peter Zumthor . Atmospheres: Architectural Environments – Surrounding Objects. 2006
( *2) En la segunda parte de esta Nota en el próximo número de wideprint: Kolumba Kunstmuseum – diario de viaje II.
( *3) En la tercera y última parte de esta Nota en el número 3 de wideprint: Capilla de San Benedetg – diario de viaje III.